martes, 17 de mayo de 2011

De vuelta a clases (NY Bar I)


Luego de dos años de ausencia, vuelvo a las aulas. He estado trabajando, viajando, leyendo, viviendo, pero estudiando muy poco. Esta vuelta medio efímera, que va a durar apenas tres meses, sin embargo, implica más estudio de lo que he hecho en mi vida. Suena a hipérbole, pero pudiera ser hasta cierto. Tengo que estudiar para pasar el examen del bar en Nueva York. Los libros principales son 12, cada uno de unas 600 páginas, aparte de diversos libros y cuadernos de ejercicios. Es como leerse 2666 de Roberto Bolaño unas siete veces, memorizarlo y hacer ensayos sobre su contenido. La verdad es que, tal vez por inocencia, tal vez por idiotez severa, pero todavía no me siento intimidado. Estoy hasta emocionado. Espero que las toneladas de decisiones de tribunales federales y estadales sean tan buena lectura como 2666, aunque algo me indica que estoy esperando demasiado.

Aparte de todo lo que hay que leer, debo resaltar dos cosas bien interesantes de esta nueva empresa. Primero, las clases son en Nueva York. Más propiamente, en la Universidad de Nueva York. Por lo tanto voy a pasar los próximos tres meses encerrado en una biblioteca del East Village. Cristina se queda en Boston, esa es la parte más aburrida de todas. Pero de resto es interesante: me voy a mudar a un cuarto en Jersey City a unos 20 minutos por el metro (Path) de la universidad, voy a poder ver a varios amigos y familiares que están en la ciudad o sus alrededores y Cristina va a venir todos los fines de semana. El segundo asunto a resaltar son mis nuevos compañeros de clases. Somos un grupo bien pequeño, apenas 16, pero bien interesante. Todos ellos acaban de terminar el mismo postgrado que yo hice en Singapur, así que ya se conocen entre ellos, yo soy el único recién llegado. Pero este primer día me hicieron sentir bienvenido. Los latinos predominamos con dos colombianos, dos venezolanos (incluyéndome), un mexicano y una dominicana. Nos siguen de cerca los asiáticos con dos chinas, un coreano, una japonesa y un indio. Los europeos, terceros, con un par de suecos, que aparte son pareja, un belga y un italiano. Por último, hay un australiano.

Hoy, luego de las clases, terminé yéndome a saludar a Veronica y a David (mi cuñada y su novio) y luego a tomarme una cerveza con mi amiga Barbara en Grand Central. El bar en el que estuvimos realmente valió la pena la caminata de 15 cuadras con trescientos kilos en libros, pero eso es ya otro cuento. Por ahora me toca dormir de una vez para evitar hacerlo durante las clases.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo mejor de esta nueva entrada es que se llama "(NY Bar I)", eso implica que pronto vendra NY Bar II, III... XX y muchas otras del Verano en NY y en las aulas.

Ciertamente estas como pez en el agua y me encanta! nos vemos en tu pecera todos los fines.

Tu fiel lectora y seguidora.-